¿Conoces el TRX y sus beneficios?
Ene201429

Se trata de una forma de entrenar distinta, muy funcional y que admite un gran número de variaciones de ejercicios y movimientos. Trabajar todo tu cuerpo en un mínimo espacio es posible, y es uno de los cinco principales beneficios del entrenamiento con TRX.

El TRX permite entrenar todo el cuerpo con el mismo “accesorio”: la mayoría de los ejercicios que realizamos en sala podemos hacerlos, con modificaciones, con el TRX. Sólo necesitamos un anclaje al techo o a una pared y un espacio de aproximadamente dos por dos metros, por lo que resulta un sistema versátil y que se adapta a todos los espacios, por pequeños que sean.

El entrenamiento en suspensión es funcional, ya que permite trabajar movimientos que implican grandes cadenas musculares. Al disponer de menos apoyos que cuando trabajamos de forma tradicional, nuestra sección media o core debe estar activado al 100%: él nos estabiliza, y por él pasan todas las fuerzas que generamos.

Trabajar con nuestro peso corporal, como es el caso del entrenamiento con TRX, nos permite aumentar nuestra fuerza y resistencia muscular, y tonificar todo nuestro cuerpo. Si esto se os queda corto, siempre podéis utilizar muñequeras o tobilleras con peso para aumentar la dificultad.

Sí aplicamos el entrenamiento en suspensión en un circuito de intervalos obtendremos, además de los beneficios anteriormente mencionados, un buen entrenamiento cardiovascular y quemagrasas. Tiempos de trabajo moderados, realizando tantas repeticiones del movimiento como nos sea posible, y descansos cortos son la clave para maximizar la quema de grasas.

El TRX es perfectamente combinable con otros implementos como el Fitball, el Bosu o las bandas elásticas, por lo que la variedad de ejercicios que podemos realizar es prácticamente inagotable. ¡Imposible aburrirse con la rutina!

¿No os entran ganas de probar un entrenamiento con TRX? ¡Os garantizo que os sorprenderán las sesiones y sus resultados!

Vía Vitónica

¿Cuánto nos perjudica el alcohol en nuestra dieta?
Nov201317

Una de las cosas que primero se quitan en el proceso de dieta es el alcohol, y muchas personas quizás es el factor que menos prestan atención a la hora de perder peso.

En la entrada de hoy os voy a enseñar como el alcohol nos puede echar por tierra el arduo trabajo de toda la semana.

Muchas veces hemos oído como personas que llevan su dieta y ejercicio correctamente, no consigue bajar esa grasa que sobra, y es debido a hábitos peores, como son el consumo de alcohol, ya sea esporádico, como es habitual en los fines de semana. El problema de esta costumbre es que el alcohol tiene un volumen grande de calorías que se acaban acumulando en forma de grasa, y que tiene más repercusiones que las momentáneas del día del consumo.

Una bebida puede tener más de 300 calorías por sí misma, y aunque tengamos una reducción en nuestra dieta, no es suficiente, ya que el efecto en el cuerpo es atrofiante, ya que funciona de inhibidor de la función del organismo de quemar por sí mismo. Esto ocurre por el proceso que sigue el alcohol en el cuerpo, al ser consumido es procesado por el hígado, obteniendo acetato, que se acumula en el organismo y este lo utiliza como combustible, en detrimento de la glucosa obtenida en los alimentos. Junto a esto las reservas de grasa no se utilizan al tener el acetato suficiente para nuestros gastos de energía. Todo esto lo que hace es atrofiar el proceso de quema grasas del organismo, causando la acumulación de grasa en zonas como la barriga, además de todo lo que esto significa para el organismo.

¿Es incompatible tomar suplementos proteínicos y alcohol?

Rotundamente sí.

El consumo de proteínas de manera exógena viene unido a la búsqueda de un mayor volumen y favorecer la recuperación, pero sí esto es unido al consumo de alcohol, puede contraer problemas de salud.

Cuando hablamos de estos suplementos, suelen ir unidos a dieta específica y adecuada para mejorar la calidad muscular, pero no reparamos en el daño que puede hacer otras cosas peores, como el alcohol. Las proteínas se sintetizan en el hígado, donde el organismo lo transforma en aminoácidos para servir de alimento al músculo, durante este proceso el hígado hace un trabajo extra.

El alcohol también se procesa en el hígado, así que el consumo de este más las proteínas, hacemos que el hígado tenga un esfuerzo extra muy grande, pudiendo llegar a fatigarlo y pudiendo hacer daños en el.

Conclusiones

Debemos tener en cuenta que no es saludable el consumo alto de alcohol nunca, pero menos en procesos de dieta, ya que el aumento de grasa pone en peligro nuestro sistema circulatorio, anticipando su deterioro y propiciando diferentes enfermedades.

 

Las agujetas, ¿qué son y cómo se tratan?
Oct201325

Las agujetas son un tema recurrente entre las personas que realizan deporte habitualmente, y (más aun) entre las que retoman el ejercicio tras un periodo de inactividad. Hoy vamos a tratar diversos mitos sobre ellas y como ayudar a superarlas.

¿Pero qué son realmente?

El nombre científico es DOMS, en inglés «delayed onset muscle soreness», que traducido, significa dolor muscular de aparición tardía. Este dolor o molestia es más frecuente en personas desentrenadas y principiantes. También pueden aparecer ante aumentos en la intensidad o duración de nuestra rutina.

Este dolor aparece 24/48 horas después de la actividad, y es distinto al realizado durante el entrenamiento, con una localización más aguda y molesta. Aunque son incomodas, estas molestias no son más que micro roturas musculares en respuesta al estrés producido por el entrenamiento, sí después se come y descansa correctamente, estas fibras se reconstruyen más grandes y fuertes, produciendo un crecimiento muscular.

Uno de los mitos a tratar es el origen de las agujetas, antes se creía que las agujetas eran restos de ácido láctico en el músculo que pinchaban y hacían pequeños desgarros en el músculo, esto se ha visto que no era cierto, ya que personas que no pueden producir ácido láctico también sufren este dolor.

El origen de las agujetas es el desgarro microscópico de las fibras musculares. La cantidad de dolor tardío corresponde a la fuerza y el tiempo del ejercicio, así como el tipo de ejercicio realizado. Cualquier movimiento que no estemos acostumbrados a realizar, podrá producir agujetas, pero es más fácil sufrirlas tras movimientos excéntricos, como por ejemplo, bajar escaleras, correr cuesta abajo, o la fase de descenso de una sentadilla. Estos desgarros pueden crear también una inflamación en el músculo trabajado.

¿Cómo tratarlas y prevenirlas?

Siempre hemos oído que el agua con azúcar es bueno para que desaparezcan las agujetas, también se habla del bicarbonato y las sales, pero estos remedios caseros no tienen ningún fundamento científico. El agua con azúcar se creía eficaz porque se pensaba que ayudaba a que los cristales de ácido láctico desaparecieran, pero es que no hay ningún cristal que hacer desaparecer. La mejor manera de tratar las agujetas es con antinflamatorios, como por ejemplo cremas, a la vez que no suspendemos totalmente la actividad física. Esta, a una intensidad moderada será beneficiosa para superar las agujetas, ya que activa la zona y favorece el riego sanguíneo y reduce los metabolitos.

Para prevenirlas, es conveniente realizar siempre un buen calentamiento e ir subiendo la intensidad de la sesión progresivamente, así como realizar una correcta vuelta a la calma al finalizar la sesión de entrenamiento, ayudándonos de estiramientos suaves. En ejercicios de musculación, podemos aplicar la regla del 10 por ciento, al comenzar una nueva actividad empezar lentamente y aumentar el tiempo y la intensidad no más del diez por ciento a la semana.

¿Es bueno tener agujetas?

La respuesta es: depende.

En principio, las agujetas en un sujeto que entrena regularmente podrían considerarse positivas, ya que serían la prueba de que el trabajo ha sido intenso y efectivo (es decir, hemos enfrentado al cuerpo a una situación estresante, que le supera y que le obliga a adaptarse, a mejorar para soportar dicho estrés si dicha situación vuelve a producirse). Dicho esto, hay que asegurarnos que vigilamos correctamente los parámetros de progresividad y adecuación del entrenamiento, si no lo hacemos, las agujetas seguramente aparecerán por haber realizado un trabajo muy por encima de nuestras posibilidades, lo cual no es seguro, ni saludable, ni útil. Ya que lo que seguramente consigamos únicamente sea inmovilizarnos y desanimarnos. Para ello es buena la experiencia en los entrenamientos realizados, saber hasta dónde podemos llegar, e irnos superando poco a poco.

Espero haberos ayudado a que conozcáis más sobre las agujetas, y a desmitificar un poco el asunto.

Alberto Esguevillas

Más información

Wikipedia

Vitónica

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