En esta entrada os voy a explicar que es este método, utilizado en lesiones musculares y esqueléticas, incluido contusiones, de miembros superiores e inferiores.
El método Rice se llama así, por el significado de las siglas: Rest, Ice, Compression, Elevation, en castellano: descanso, hielo, compresión y elevación.
Este será un primer paso de tratamiento inmediato, antes de acudir a un centro sanitario, pero nunca sustituirá las indicaciones de un profesional.
Para empezar vamos a definir el término “inflamación”: es la respuesta del organismo, sistema de alerta, ante agresiones del medio, que provoca una reacción innata, en cadena, de distintas sustancias que dan lugar a:
–Tumefacción: aumento del líquido intersticial y formación de edema (acumulación de líquido en la zona).
–Rubor: enrojecimiento, porque se acumula sangre en la zona y los vasos sanguíneos se dilatan.
–Calor: aumenta la temperatura de la zona inflamada por la propia vasodilatación y por el incremento de consumo local de oxígeno.
–Dolor: como consecuencia de la liberación de sustancias, como sistema de aviso, por si no te diste cuenta de que había un daño.
–Pérdida o disminución de la función de la zona, como consejo de reposo.
Vamos a explicar un poco más cada parte del RICE
Ante una lesión lo primero es descansar, por una parte porque el cuerpo necesita descanso para centrarse en recuperar la zona lesionada, y por otro, porque el reposo evitará una progresión de la lesión. La falta de reposo ante una lesión provocará probablemente que la curación sea más lenta, no sea completa, empeore o incluso se vuelva crónica y de difícil curación.
Debemos aprender a saber cuándo hay que parar, puesto que no sólo hablamos de lesiones agudas; la repetición de lesiones leves puede dar lugar a una lesión de mayor importancia que se podía haber evitado con reposo y tratamiento adecuado.
El uso de hielo como tratamiento es el más usado en los primeros momentos de lesiones deportivas agudas. El hielo es barato, fácil de usar y de conseguir y se prepara y aplica en muy poco tiempo.
Tiene varios efectos beneficiosos sobre la lesión y todos ellos facilitan la recuperación.
-Por una parte provoca vasoconstricción, es decir, estrecha los vasos sanguíneos de la zona, con lo que disminuye la hemorragia que probablemente se haya producido, aunque sea interna, con o sin hematoma, y con ello disminuye la inflamación y por ende acelera la recuperación.
-Por otra parte y no menos importante disminuye el dolor.
Usaremos una bolsa con hielo, envuelta en una toalla o gasas húmedas, nunca aplicaremos hielo directamente sobre la piel, pues podría producir quemaduras. Colocaremos el frío sobre la zona afectada durante unos 15 minutos. Podemos repetir 3-4 veces al día, aunque algunos estudios comienzan a recomendar que pasadas las primeras horas es mejor alternar frío y calor, por lo que como norma generalizada hablaremos de frío sólo en los primeros momentos. Para horas después deberás consultar según tu lesión específica.
Quizás sea esta la medida del RICE más problemática, ya que nos aconseja utilizar un vendaje compresivo sobre la zona afectada. El problema no es que dudemos sobre el beneficio, que es claro, sino que un vendaje mal colocado podría causar otros problemas. Por ello se recomienda que busques a alguien que sepa colocar un vendaje correcto y con el material adecuado, ya que la forma de colocarlo varía según la zona afectada, musculatura, lesión…
Con el vendaje compresivo buscamos disminuir la cantidad de sangre y de líquido que se acumula en la zona afectada, una vez más para disminuir la inflamación. Obviamente este vendaje no debe comprometer el resto de la circulación sanguínea.
Elevando el miembro lesionado se consigue facilitar el retorno venoso, es decir, facilita que la sangre vuelva al corazón, evitando que se acumule en la zona afectada o bajo ella. Con ello reducimos la inflamación y el dolor.
Concluyendo, hay que tener en cuenta que el método RICE es eficaz para lesiones leves y como tratamiento de primeros auxilios. En caso de persistir los síntomas es necesario acudir a un especialista que examine el alcance de la lesión.
Alberto Esguevillas
Fuentes:
El tema sobre el que me he decidido escribir hoy es la importancia que tiene contar con una preparación física adecuada y específica para los deportes de raqueta, tanto en etapas de formación, como en edades más maduras.
El día que acabé la carrera, salí pensando que sabía todo sobre preparación física y entrenamiento, como bien dice el nombre «Ciencias de la Actividad Física y el Deporte». Pero cuando vas a ponerlo en práctica te das cuenta que el camino por recorrer es largo y tienes que seguir formándote.
En mi opinión (basada en multitud de horas en las pistas como jugador y como entrenador) los entrenadores/preparadores dan mayor importancia a la formación técnico/táctica del jugador, descuidando una preparacion física especifica que podría redundar en múltiples beneficios para el jugador sea cual sea el nivel y la etapa en la que nos encontremos. En los deportes de raqueta, dónde estoy más familiarizado, podemos ver a niños/púberes que entrenan tres o más días a la semana, con objetivos de competir, y sin una preparación física específica.
Tenemos otra posibilidad: el niño que alterna con otro deporte: fútbol, básket, atletismo… Físicamente ayudará al niño en formación, pero, ¿Qué necesidad tiene un niñ@ en realizar sprints de 100 metros cuando en su deporte sólo los va a realizar de 10 metros a máxima velocidad? Siento decir que las capacidades necesarias otros deportes, no son las mismas que se precisan en el tenis o pádel, y desgraciadamente, muchos lo hemos sufrido en nuestras etapas de formación.
Bajo mi punta de vista y basado en la experiencia que he adquirido como jugador, entrenador y preparador físico, estos enfoques están equivocados. Ya sea en la etapas iniciales de formación o en las etapas de madurez y búsqueda de rendimiento, se concede importancia únicamente al juego, olvidando la parte de preparación física. Este descuido es capital, ya que perdemos capacidad para prevenir lesiones y ademas limitamos el potencial máximo que podemos llegar a desarrollar.
En el ámbito que estamos tratando, es decir los deportes de raqueta, una preparación física especifica nos proporcionara coordinación intramuscular, agilidad y estabilidad. Es decir, seremos capaces de llegar a más bolas y hacerlo en mejores condiciones. En resumen, mejoraremos nuestros desplazamientos con una mayor economía.
Pautas esenciales para lograr los objetivos anteriormente citados pueden ser:
Con esta entrada quiero animar a todos los entrenadores, preparadores y padres, a que den al apartado de preparación física la importancia y el tiempo de trabajo que realmente merece (y que es mucho), ya que la recompensa a obtener supera con creces el esfuerzo diario y la incomodidad inicial que pueda experimentar el alumno.
Alberto Esguevillas
Bibliografía
Fundamentos del entrenamiento de la condición física para jugadores de tenis en formación – RFET / Área de docencia e investigación